jueves, 11 de abril de 2013

Los años de Matas (y de Javier Mato)


(Nueva entrada de mi proyecto de algo sobre medios  que todavía no tengo claro)



La primera vez que el socialista Francesc Antich llegó al gobierno autonómico, lo hizo con la complicidad de la mayoría de periodistas que se encargaban entonces de la información política. Con independencia del posicionamiento de las empresas, los “informadores políticos” se mostraban, mayoritariamente y por razones diversas, claramente favorables al cambio. Sucedía, en cierto modo, lo que años atrás había ocurrido en la primera victoria electoral de Felipe González. El ambiente vivido en La Lonja durante  la proclamación de Antich –el 27 de julio de 1999, horas después de una toma de posesión anticipada para que el nuevo presidente recibiera al Rey- parecía entonces, difícilmente repetible. Existía una clara complicidad motivada, entre otras cuestiones, por la estrategia informativa de Jaume Matas y del que había sido su jefe de comunicación, Javier Mato, hoy dedicado a la formación de periodistas a través del centro Alberta Jiménez, asociado --  en un primer momento--  a la Universidad de las Islas.
Matas y Mato habían dejado demasiados cadáveres entre la profesión  para no esperar con interés el relevo. Tanto el del propio Govern, que suponía dejar paso a la alternancia política por primera vez en 16 años, como, por lo que se refería a la relación que iba a tener el nuevo poder con los medios de comunicación. La ceremonia de la Lonja representó un momento de ilusión y esperanza que ya no se volvió a dar, tampoco en 2007 cuando Antich volvió a la presidencia. Naturalmente hubo excepciones. Desde El Mundo, el periodista Antonio Alemany, que juega un papel fundamental a la hora de esbozar cualquier intento de análisis de la relación entre política y medios de comunicación, saludó aquella esperanza con un artículo titulado “Sosiéguense” en el que escribía que “la celebración multitudinaria por la venida del Mesías de la izquierda es un gesto de mal gusto”.
A los periodistas y a las empresas de comunicación les interesaba especialmente saber cómo se iba a resolver el relevo de Mato. El nuevo ejecutivo optó por dar rango de dirección general al área que hasta entonces había gestionado la mano derecha (o las dos, según se mire) de Matas. Le sustituyó Jordi Bayona que para entonces se encargaba de la dirección del Club DM, el foro de debate del Diario de Mallorca y que antes había sido jefe de prensa del PSOE balear cuando Joan March fue secretario general.

El descubridor de su antecesor, de Javier Mato, no había sido, sin embargo, el luego ministro de Medio Ambiente. El  primero en fijarse en Javier Mato fue Alejandro Forcades,  conseller de Hacienda cuando Gabriel Cañellas presidía aún el Govern.
Forcades aparecía como un extraño personaje, una persona muy peculiar, alguien que no se sabía qué pintaba exactamente en el universo del PP, si se exceptúa su relación, desde pequeño, con Cañellas. Alejandro era hermano de otro Forcades, Juan. En los años duros del cañellismo Juan Forcades actuó como máximo responsable en Mallorca del PP insular y, a su vez –con  su hermano de conseller-, fue presidente de la Caja de Ahorros. Los dos Forcades se granjearon enemigos importantes. Juan Forcades aún prestaría unos meses después un último favor a Cañellas al aceptar ser su candidato en el congreso tras un frustrado intento para que lo fuera  Catalina Cirer. Alejandro Forcades, por su peculiar forma de ser, logró atraerse simpatías entre periodistas, sobre todo entre los más jóvenes. El conseller era un buen conversador, leía y, cuando se ganaba su confianza (lo que era difícil; por ejemplo, imponía el usted en las conversaciones, era muy reservado y arrastraba historias familiares profundas), era capaz de dar una visión nada ortodoxa de los políticos que le acompañaban. Incluso de Matas, que comenzó de director general de Presupuestos (una idea de Cañellas)  y luego le sustituyó como conseller de Hacienda. Forcades también mantenía opiniones críticas hacia su antecesor, Cristòfol Soler. Alejandro Forcades fue conseller entre dos personas (Soler y Matas) que luego llegarían a presidentes.
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Alejandro Forcades fue el primero en darse cuenta de la necesidad de contar con un jefe de comunicación, o un propagandista, al margen del gabinete de prensa del Govern, por entonces –en la época de Cañellas- muy menguado si se compara con lo que vino después. El conseller se dio cuenta de la necesidad de contar con alguien de su confianza y que conociera a los medios, les contactara  y tradujera sus ideas, tras un acto con responsables de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (Caeb). "Necesitaríamos a alguien así, un asesor de prensa”, le comentó a un director general. Así llegó Mato a Hacienda. Forcades defendió su contratación a capa y espada. Y fue a una comisión del Parlament a argumentarlo. El conseller Forcades, y todos los que alguna vez han trabajado con él coinciden:  era un jefe duro, lleno de manías y que exigía máxima lealtad. Lo cierto es que de esa conselleria, de la de Forcades en Hacienda, surgieron un grupo de políticos que luego harían carrera: desde el propio Matas a otras dos personas que serían nombrados consellers con el PP: Antoni Rami y Manuel Ferrer.
Relevado Forcades por Matas, Mato siguió con el nuevo conseller y con él permanecería también unos meses en el Ministerio  al que le acompañó tras pasar previamente por Nimbus, la agencia de publicidad que –directamente y a través de filiales- sirvió al PP y a Matas para sus estrategias. El principal mérito de Mato, cargando con su fama de gran trabajador y rastreador de papeles (en el DM sacaba ‘primeras’ de boletines oficiales que entonces nadie leía) fue convertir a Matas en una fotografía. La campaña electoral de Matas en 1999 es (casi) obra única y exclusiva de Javier Mato. No terminó demasiado bien con el hoy multiimputado pero se las ingenió para marcharse sin hacer ruido.
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Recuerdo una conversación con Mato, en los pasillos del Parlament, durante la primera presidencia de Matas. Hablábamos de la estrategia del president de dar publicidad a todo lo  que hacía, de los viajes, de lo que empezaba a parecer un claro objetivo de acoso -por no decir 'compra'- de los medios de comunicación. El me dijo que no habían inventado nada y que eso es lo que hacía Jordi Pujol en Catalunya. Efectivamente, así era. Luego, cuando Antich sustituyó a Matas, lejos de parar aquella estrategia, fue en aumento. Visto de lejos, seguramente, el primer Govern del Pacte, pudo haber prescindido de esa manera de actuar o -al menos- rebajarla considerablemente. Antich -ya se ha dicho- había llegado   a la Presidencia con la 'complicidad' de la mayoría de  periodistas y (pasados los primeros momentos de 'duda') los medios se adaptaron facilmente a los nuevos tiempos. Pero se ve que en política y periodismo siempre se tropieza dos veces en la misma piedra.


Han pasado bastantes años desde entonces. El Gobierno de Baleares lo preside en 2013  el farmacéutico José Ramón Bauza y , de todos los presidentes que han pasado por el Consolat de Mar,  es el único que ha intentado romper el modo de relacionarse con los medios. Los cuatro presidentes anteriores –incluido Soler, El Breve- se dieron cuenta de la importancia de esta relación. Cañellas, que terminaría vencido por los medios, reflexionó en público sobre su papel. Como fue el más longevo en la presidencia le dio tiempo a calibrar su poder real y hallar el modo de torear a la 'opinión publicada' (la ocurrencia de distinguir opinión pública de opinión publicada es de Felipe González); Cristófol Soler, al que no le dio tiempo a hacer nada, intentó seducir a los opinadores. Lo consiguió en parte aunque a la hora de buscar apoyos, recurrió a plumas que estaban a años luz del PP y se olvido de los articulistas “de derechas”. Además, con la  vitola de nacionalista con la que intentó pasar a la historia, lo que logró fue precipitar su caída (.......)
Matas, gracias a Mato, se aprovecho hasta el máximo la irrupción de las nuevas tecnologías, principalmente los audiovisuales, y gobernó más para los medios de comunicación (o para la proyección pública de sus actuaciones) que para el día a día. Los periodistas, los “curritos”, acabaron hartos de esa estrategia. La etapa de Matas es la de los viajes, de los viajes pagados. Las comitivas oficiales incluían a periodistas que luego ‘contaban’ lo que pasaba. Y no sólo eso: mediante un programa de difusión de nuevas tecnologías, desde la Presidencia balear se endosó a cada uno de los medios locales una terminal de ordenador para ir explorando lo que estaba a punto de ser el futuro, y que hoy es presente: Internet.

5 comentarios:

  1. Me suena esta época: la del presidente hiperactivo que se alimentaba de coca-cola light y hacía ruedas de prensa en un hotel de República Dominicana a la 1h de la madrugada. Es la época 96-99, cuando Matas se acostó conseller de Agricultura y se levantó president. La época de mapau, en la que enraizó lo que luego sería -según declaración judicial de la imputada Antonia Ordinas- el "funcionamiento sistémico" del govern Matas: comisiones al 40%, facturas infladas, latas de cola-cao...
    Comparto la afirmación de que gobernó más para los medios de comunicación que para el día a día y añadiría que eso, precisamente, además del reparto publicitario, encandiló a los medios hambrientos de dejarse agasajar. Hay que reconocer que tuvo visión, él o Mato, para entender el potencial de Internet y de los medios audiovisuales.

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  2. Has fet un retrat molt precís del que va ser aquella època. Una època de purgues, a mi m'ho heu d'explicar!!! La perversió d'aquella manera d'actuar, de comprar fidelitats,d'aboquinar doblers públics als mitjans per fer propaganda,estava tan enquistada que m'imagín que només la crisi econòmica deu haver trencat aquesta tendència. Supòs que la davallada en publicitat deu haver estat considerable...I el Consell de Mallorca governat per UM va ser tan pervers i perniciós com el govern de Matas i Mato.

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  3. Muchas gracias por las aportaciones. Me parece muy interesante la reflexión de Neus, qué habría pasado de no ser por la crisis que supuso una reducción de la publicidad y de otras formas de intervención política en los medios. Eso da para otra reflexión. Y, también, otra duda: ¿qué habría pasado si en 2007 hubiera seguido gobernando Matas?

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  4. Grancias por citarme Sandy. Me he leído todos tus posts de golpe. Te aliento a que recuperes la historia contemporánea de Mallorca y una manera de hacerlo es a través del periodismo y de sus daños colaterales. Curiosamente los cronistas de la tierra, salvo puntualísimas excepciones como Manresa y quizás alguien más, se quedaron en la guerra civil, de manera que el período más pantanoso de la segunda mitad del siglo XX en Mallorca y, en especial, el del advenimiento de la Autonomía, está indocumentado. Por supuesto no doy valor de documento a los medios de comunicación.

    La época de Matas a la que haces referencia fue el no va más. En el Consolat pusieron todos los motores a las máximas revoluciones posibles y, como es natural, todo estalló. Es como si a un Fiesta quieres ponerle un motor de Pininfarina. Fue entonces cuando germinó la famosa frase que la señora del Colacao confesaría años después: "A más contrataciones, más beneficios en forma de comisiones". Matas me confesó que lo importante es gastar en proyectos aunque no haya dinero. "Al final siempre hay alguien que lo paga". Claro, el ciudadano. Creo que todavía quedan algunos años para acabar de pagar sus autopistas.

    También me he divertido con el agradable recuerdo de Pleistoceno feminista. Por cierto ¿porqué lo de "Pelvis" como movimiento feminista? En realidad se trata de una zona de la anatomía que comparten ambos sexos con muy ligeras variaciones en las estructura ósea...(¿?)

    Finalmente, respondo a tu última pregunta: Con Matas el bote de colacao seguiría enterrado bajo una col en el jardín de la gerente. A veces dudo de la utilidad de los Gobiernos de izquierda en Balears. Pero solo por eso, por haber desentarrado el inmenso Colacao, quedan de largo justificados. O al menos eso creo yo.

    Un saludo.

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  5. Hola Jordi, seguiré tus consejos, también los que me das fuera del blog. En el caso de seguir con las notas sobre los medios y la política, también tendría que contar algo de tu 'mandato', jeje. En relación al feminismo y a lo de Pelvis, el primer nombre que se plantearon fue 'Clítoris', pero en aquellos años incluso a 'ellas' les pareció demasiado fuerte. Un abrazo

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