jueves, 29 de marzo de 2018

Rock and Press

Era un garito de Palma, de esos en que lo mejor es olvidar el nombre y la dirección. No sé si  fue Marisa o el Rodas. Ahora tengo confundido quién me dijo que se había montado un grupo para la fiesta del Spib. Y allá nació Rock and Press. Y me sedujo. Y me enamoró. Y me cambió todo. Si hasta me puse a bailar.  Antes de Rock and Press, aquel año era  2005, yo no bailaba. Era muy comedido, de una timidez patológica. No perdí la virginidad con Rock and Press,  pero sí la verguenza. En un concierto, y lo sé porque hay una foto, arramblé con una señal de tráfico y la levanté como un trofeo cuando escuchaba a  Rasputín. El reservado, lo pone el Ibatur, eso lo sabemos. Y más cosas
 Rock and Press nos sacó un espejo y nos lo  puso frente a la cara. Y yo me ví. Y ví a amigos y amigas que no había visto antes. Y supe cómo se llamaban. Es algo que siempre me había reprochado Nekane. "Sandy, es que no te enteras, no ves", me dice todavía. Rock and Press me abrió los ojos. Y me hizo ver la profesión. Y me reí mucho con ella.  Igual que me reí cuando los de Ib3 enviaron una cámara para ver si era verdad que Gabi Rodas decía "María, fóllame" al final de Tengo una oferta de Ib3. Pero sé, Massutí, que los jefes de prensa de fiesta se van y que dejarán su despacho y su coche oficial.  Y que si me gusta esta historia, y quiero saber más, la tengo que buscar en la barra de un bar. Ya lo sé, los tiempos están cambiando. Pero he aguantado a Pere Bota que, como Cati o Teresa, está hasta las narices de que su jefe quiera un grupet. Cómo cambió cuando hizo los coros de Tuve una oferta de Ib3. Volvió nuevo. Hola, Carlos, gracias por llevarme a Ca na Palleva. Y porque Margarita pueda contar su historia.  Rock and Press aguantó hasta  2011 y llegó a un concierto para evitar que otra María cerrara  [M]. No lo lograron. Pero nos enseñaron que a todos los cerditos  les gusta  la corrupción. Gracias. 

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