El secreto del palacio de congresos. Divertimento veraniego (2)
Viene de
http://jutobla.blogspot.com.es/2016/08/el-secreto-del-palacio-de-congresos.html
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Hacía muy poco que Luis Antonio Bolín, uno de sus superiores en el
Ministerio de la Gobernación –que entonces se ocupaba del Turismo- , había acuñado un lema para promocionar
España en el exterior que, con el tiempo y ligeros retoques, iba a hacerse muy
popular: Spain is beautifful and different. El famoso “España es diferente”, que durante décadas se utilizó también como
gesto de afirmación patriótica ante todo lo que venía de fuera. Como todos los
buenos eslóganes, tanto valía para una cosa como para la contraria. Por eso, aunque los sectores más radicales de la
Falange llegaron a proponer la abolición del turismo una vez instaurado el
nuevo régimen, España eligió el camino
contrario y puso las bases para una
lenta invasión que cambiaría de raíz los usos y costumbres del país. Que los dirigentes de la España que salía de
la Guerra Civil decidieran unir el turismo al
Ministerio de la Gobernación, y quien dice Gobernación dice Policía da idea del valor estratégico que aquel
régimen, por los motivos que fuera, daba al turismo.
Sí, he escrito ‘lenta invasión’. La expresión es de Prade
y todo lo que vino después tiene que ver
con lo que aquel hombre, que escribía su nombre en español pese a su apellido
germano, empezó a explicar aquella
mañana en Barcelona. No sé si finalmente podré convocar una rueda de prensa y
contarlo todo, el presidente no me autoriza, pero te lo voy a adelantar a ti.
Podrás leer el relato que me entregaron
al asumir el cargo y otras
informaciones que he ido recabando desde entonces y que tú puedes administrar como quieras. No sé si podrás publicarlo ni si aún estamos a
tiempo. Todo dependerá mucho de cuando se inaugure el palacio de congresos.
Prade esperaba despachar a aquel hombre en poco tiempo. El necesario para decirle que no podía
organizar viajes en autobús por Barcelona, y entre Barcelona y otras ciudades,
sin un visado especial del sindicato y la autorización de Gobernación. El era
un extranjero, que hablaba bastante bien el español y se presentó como Marcos Shcneider. Había chocado con Margarita Rovira,
muy bien relacionada con el Gobierno y Falange. ‘Nada se mueve en Barcelona sin
los Rovira’ le comentó mientras cogía un bolígrafo de la mesa para firmar una
orden de expulsión.
“También puedo organizar viajes rápidos en avión a Mallorca, desde
Alemania y desde otras ciudades europeas”, le oyó decir. Prade se echó hacia
atrás arrastrando la silla, dejo la
estilográfica sobre la mesa, sacó una cajetilla de tabaco, cogió un cigarrillo
y ofreció uno a su interlocutor. “¿Qué me está
diciendo?”
Semanas después viajaban a Mallorca, pero no en avión, sino en
barco y acompañados, aunque eso nunca trascendió (creo que eres la primera
periodista en saberlo) de Rafael Arias Salgado, que se acaba de
estrenar en un Ministerio de nueva creación, el de Información y Turismo. Fue
una travesía animada y con mucha música. En Palma iba a celebrarse el primer festival internacional de danzas
folclóricas. También viajaban grupos
españoles, belgas, franceses, italianos y alemanes que actuarían en la plaza de toros. Al recién nombrado ministro le extrañó que una Isla
tuviera plaza de toros. Schneider, que
ya había estado antes en Mallorca, les comentó que era una Isla sorprendente, que se alojarían en un hotel recién
inaugurado en Palma y que luego irían a Cala D´ or y Cala Rajada.
Antes de la guerra (del Movimiento o de la cruzada, según el lenguaje de entonces) Cala Rajada, a unos ochenta kilómetros
Palma, había sido una especie de colonia de extranjeros en Mallorca. Muchos
alemanes se habían instalado allí. Algunos huyendo del nacionalsocialismo. Pero
otros, persiguiéndoles y mezclándose con ellos a la espera, les contó, de que cayera
la república española, como así fue, y poder establecer una sólida alianza con
los militares españoles sublevados para colaborar en el nuevo orden que se iba
a establecer. Parece que incluso se
preparó un viaje relámpago de Goebbels pero no llegó a concretarse. ¿Habéis oído hablar de la Kraft durch Freude? les peguntó Scheider.